Una caldera es un dispositivo que se utiliza para calentar agua en locales residenciales y no residenciales. La instalación de una caldera permite evitar la dependencia de un suministro central de agua y proporciona acceso a agua caliente en hogares donde no está disponible. Además, los dispositivos se pueden conectar al mismo tiempo al fregadero de la cocina.
Las calderas con una capacidad de 5 a 15 litros suelen ser suficientes para lavarse las manos y lavar los platos. Estas opciones se instalan en la cocina y en baños pequeños para uso de 1-2 personas. El depósito con una capacidad de 30 litros es adecuado para un apartamento pequeño con un solo residente y proporciona agua caliente y una ducha. El modelo de 50 litros ofrece agua caliente y ducha, lo que lo convierte en una opción más económica. Recomendamos elegir una caldera de 80 litros para dos personas. La opción óptima para una familia con 1 o 2 niños es una caldera de 100 a 125 litros. Si el consumo es económico, los usuarios pueden incluso utilizar una bañera. Para viviendas particulares y familias numerosas, se pueden elegir calderas con una capacidad de 150 litros o más.