Incluso si te sientes tentado a llenar tu hogar con aroma a tarta de manzana y canela, hoy en día eso no es un problema gracias a la variedad de aromas y formatos de ambientadores.
Los tipos de ambientadores incluyen:
- Aerosoles, el tipo de ambientador más popular. Rocían micropartículas del líquido bajo presión y difunden rápidamente el aroma.
- Pulverizadores de agua, una opción segura y respetuosa con el medio ambiente. Son económicos de usar y rocían partículas más grandes que los aerosoles.
- Pulverizadores automáticos, que pueden ser de distintos tipos según la fuente de alimentación: red o batería. Suelen estar equipados con pantallas para controlar el proceso de pulverización.
- Difusores de aromas, que además de aromatizar el aire, también sirven como complemento interior. Su funcionamiento requiere aceites aromáticos especiales, que pueden cambiarse según las preferencias.